jueves, 8 de diciembre de 2011

Mis caricias

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Mis caricias son tuyas,
nacieron con tu nombre,
se generan para ti y contigo,
disenadas exclusivas
para trotar en tu cuerpo,
escalar por tus montes,
deslizarse en tus cosquillas,
navegar por tu boca,
reflejarse en tus pupilas,
oler de tus mieles,
disiparse en tu piel...

Daniel Joya

lunes, 1 de noviembre de 2010

Colgado de tu mirada

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Colgado de tu mirada
afanado en congelar momentos,
recogiendo recuerdos y sonrisas,
conciente que seras fugaz...,
he cruzado luna tras luna
posando al filo de tus labios,
aspirando fragancias en tu piel,
anidando cosquillas a tu ombligo.

Rendido ante tus ojos,
quieto, sudoroso, tenso,
con mi pensar bloqueado,
suspirando hondo y tendido,
frustrado en intentos
por controlar lo evidente,
descubro que no soy yo,
ni mi pobrecito cuerpo
blando ante tu silueta.

Atrapado bajo tu vista
revivo sabiendo que eres tú,
lo asumo por el brillo de tu pupila
controlando mis movimientos;
la intensidad con que me ves
confirma que te pertenezco,
que tu presencia toma control,
que te posesionas al mirarme.

Daniel Joya

jueves, 10 de junio de 2010

Dame tu mano

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…dame tu mano,
espera,
debo ajustar mi cuerpo
hasta alcanzarte.

Claribel Alegría

Dame tu mano

Dame tu mano, siente la mía,
apresa confiada mi virilidad
mientras que bajo tu vientre
se deslizan atrevidas y libres
asperezas del amante casual
que acopia tu lujuria oculta.

Dame tu mano, unamos los tactos,
derritamos desnudos e impetuosos
nuestras erizas pieles en una,
cual colores pintando al paisaje,
procesos dando razón al contenido,
deleite usufructuando la exquisitez,
pasión escalando en nuestros besos.

Dame tu mano, mírame atenta,
refléjate en el brillo de mis ojos
y baña con tu mirar mi silueta...
luego deja que te mire profundo,
que detecte, enfoque, acapare,
absorba y calque todos tus gestos
para evocarlos en mis nostalgias
y refrescar momentos marchitos.

Dame tu mano, mírame,
siénteme, respira a mi ritmo,
atiende mi manojo de nervios
y aceleradas palpitaciones,
déjate aprehenderte en versos,
conocer tus gustos carnales
y descubrir cuantas debilidades,
para armar planes y tácticas
que penetren, configuren, ajusten
y controlen el libido de tus sueños.


Dame tu mano, siénteme, mírame,
ofrécete natural, presente y alcanzable,
quiero ilusionarme, extasiarme contigo,
entregarte las caricias pendientes,
cubrirme bajo la irradiación de tu vista,
navegar en la energía de mis apetitos
hasta conocer, palpar y beber tu ser entero.

Daniel Joya

jueves, 29 de abril de 2010

El filo de la tarde

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La brisa de la tarde te devuelve,
el delineado esa carita tierna 
me confirma que sigues bella,
un poco marchita por mi partida,
pero igual de sensual y bella,
bellamente marchitada en soledad,
habiendome ofrendado cada una 
de las lágrimas que cuesta abajo
bañandote el rostro salaron tu cuello
y regaron tristeza sobre tus labios.

El filo de la tarde, nuestra cómplice
me susurra tu negación a otros amores,
segura que vuelven nuestros espacios,
desmedidos y sin reparos morales
que desfiguren la libertad de amar;
el matrimonio es solo una firma,
una concepcion herrada de poseer.

Al filo de la tarde de hoy en adelante
besare, mordere y lamere, bajo tu cuello,
te abrazare fuertemente para retenerte,
regojere tu pelo, te mirare profundo
y bailarmos poseidos por la canción
que nos envuelve y plega a media luz,
luego sorbos de vino quitaran la ropa,
reposare mi cabeza entre tus senos,
succionando las sabias volcanicas
en sed creciente por beberte toda.

Al fino de la tarde, nuestra nueva tarde
bajaré por tus sendas antes recorridas,
hasta empalagarme precisamente ahi,
en tu feminidad y una vez vulnerable,
lasciva y cosquillenta por mi aliento,
te besare de piernas a pantorrillas,
masticando bellos humedos de miel.

Daniel Joya

martes, 20 de abril de 2010

Anhelos


Más que el placer de desnudarte, contemplar tu silueta sobre mi lecho,
mientras huelo, absorbo, gusto y repaso
las pasiones desprendibles de tu cuerpo,
aspirando las fibras de tu feminidad,
hasta agotar el torrente de energías
que generamos en cada encuentros…
quiero ser tuyo, ofrecerme tuyo,
hacerme tuyo, sentirme tuyo,
enlujuriarme tuyo, sin temores,
bajo una profunda mirada tuya...


Mas que surcar irracional, empalagado
e impetuoso por la lisura de tus piernas,
zarpando de las frescas pantorrillas,
pasando por la tibieza donde se acercan
hasta deslizarme en tus húmedos montes,
erizos, nutridos, oscuros y míticos,
olorosos a mieles derretidas por pasión…
anhelo saber que hoy me piensas,
que tus días se conectan con los míos,
y mi nombre te merece algún significado...

Más que abarcar tu cintura,
sintiéndome preso por tu sombra
al instante de esa tu mirada ardiente,
que nos estanca en eterno lapso
donde nuestros suspiros transpiran rima
y que deseáramos no se escurriera
entre el abrazo fuerte y apasionado,
buscando fundirnos en un solo cariño…
aspiro a que aspires permanecer mía,
quedarte para mi, siempre conmigo...

Más que besar las líneas de tu rostro,
los cortes elegantes de tu cuello
y la grosura exquisita de esos labios
en tanto rasguño sutilmente tu espalda,
estrujo tus pechos contra mi pecho,
percibiendo la excitación de tu piel,
que te torna evidente, vulnerable
y sin reparos en lo que pueda suceder…
lucho porque me ames,
porque avives la flama de mi existir
con la llenura de tu presencia...


Daniel Joya  04/2010

lunes, 8 de febrero de 2010

No voy a tardarme

Voy hacia ti, urgido de ti, no voy a tardarme,
a menos que llegar por la tarde llames tardarse;
Ja, Ja, ja, no cambiamos, así pasen mil días;
como siempre, nuestras discusiones semánticas.

No voy a tardarme, ¿como hacerlo si me esperas?,
si sigues allí mismo, congelada en mi aguardo,
yaciendo sobre la misma cama, con la misma blusa,
rosada, rala y transparente cortando a medio muslo.

Y cuando este contigo te besare con sed,
con esta sed infinita de ti, casi enfermiza,
no calmada por otras bocas, creciente,
a medida que degusto el placer de tus besos.

Cuando estés conmigo te haré las mismas bromas,
dibujaran mis besos tatuajes sobre tus glúteos,
los que mas tarde borrare con mi aliento,
luego saboreare sin reparos cada línea de tu silueta,
lameré tus mieles, succionare y morderé ligeramente,
sin reparos, perlas oscuras que levantan tu sostén.

Cuando este contigo nos bañaremos como antes,
deslizare el jabón entre tus piernas, espalda y pecho,
después te secare con aquella toalla nuestra,
la que olorosa a nosotros robamos de otro hotel.
Todavía fresca y húmeda te llevare en mis brazos
al sitio de reposo donde prevendremos el tedio.

En ese nuestro lugar, borrachos de ternura,
sin el recuerdo de mi mujer ni el temor a él,
reiremos del pecado con las bromas de Sabina,
me leerás otros veinte poemas de Neruda
y como siempre, recrearemos el morbo de Roque...
más Merlot, canciones de Sade, sin latex,
a media luz, romperemos tus ropas  y mis trapos
para sentir ambos lo erizo de nuestras pieles
entrega tras entrega, tras entrega....

Daniel Joya

viernes, 29 de enero de 2010

¿Cómo no he de apurar mis pasos?


¿Como no he de apurar mis pasos?,
si mi corazón palpita asimétrico,
urgido que lo confortes, suplicante
que le devuelvas toda la energía
 que al partir se quedo contigo.

¿Como no he de apurar mis pasos?
ya no en carrera loca al desatino,
sino encaminándome hacia tu piel,
a los pechos, muslos, labios y glúteos
que acoplados con tu calidad humana
hacen que me espere, no una mujer,
ni la sensualidad del sexo ocasional,
sino mi amada nacida para amar.

¿Como no he de apurara mis pasos?
si sabes con certeza que voy por la tarde,
para descargar en ti, en el viejo sitio,
este torrente de caricias no entregadas,
locuras de amantes, amaneceres pendientes...

¿Cómo no he de apurar mis pasos?
si voy por ti, a reflejarme en tus pupilas,
 a recobrar tu presencia, a quedarme contigo,
a refrescarme en la tibieza de tu piel,
a degustar en tu lecho de nuestro encuentro
y el racimo de pasiones que me aguarda.

¿Como no he de apurar mis pasos
hacia las mieles de nuestra entrega?

Daniel Joya

sábado, 9 de enero de 2010

Me leeras entonces


Me leerás cuando me aprendas,
cuando leas en  mis ojos mi necesidad de ti,

cuando descubras en mi nerviosismo
que me matas del deseo
de perderme contigo en aquel lecho.
 

Me leerás en mi nerviosismo,
en el temblor de mi cuerpo
y mi voz falta de control
y te sentirás atrapada por mi morbo,

en una, dos, y hasta cuatro jornadas nuestras,
derramando pasión en cada entrega,
lamiéndonos el vino derramado a propósito
sobre ese abdomen, piernas y lo que rodean,
mientras yaces frenéticamente dispuesta.
 

Me leerás cuando me sientas tuyo,
cual la victima activa de tus infidelidades,
inerte, esperando coincidir en tus deseos,
permaneciendo vulnerable ante tus pechos,
dispuesto a esperar energias nuevas contigo.
 
Me leerás cuando amanezca otra vez
y nos veamos desnudos ante la mañana
que nos invita a seguir en aquella lujuria,
amándonos y amamantándonos
antes de ofrendarnos nuestros sudores,
queriendo ingenuamente calmar esa sed
rica, libidinosa, insaciable,

nutrida cada vez que absorbo tus mieles
y succionas las mías...



Daniel Joya (01/2010)

lunes, 6 de abril de 2009

ESPECTRO GRIS

Hoy te recuerdo,
Recreas el ahogo de la ultima ocasión
y la tristeza que sin remordimientos me marcó,
empapándome de su amargura.
Vuelves para hacerme descubrir que sigo derrotado,
que no soy nada solo
y que ese lugar especial te pertenece exclusivo.

Regresas, otra vez con el mismo vestido,
desnudando la sonrisa que te llevaste,
devolviéndome la congoja que se fue contigo.
Por mi parte te absorbo, devoro tus bordes
con cuanta picardía mi mirar pueda producir;
reviven mis impulsos libidinosos,
re-acaricio tus formas, saboreo de tu néctar
y te disfruto, entre susurros y suspiros.

Eres propiamente tú la que se plasma,
tú y no el reflejo de tu silueta,
te presentas palpable cual si no fueses sombra,
llena de ti para mi deseo,
caminando de nuevo por mis lugares,
absorta en tu ser de siempre,
sin tener tiempo para mirar que te miro
ni escuchar los latidos de mis angustias
al saberte desvanecible.

Hoy te recuerdo,
igual que cuando me acompañabas,
amando la vida que se eterniza en la muerte,
navegando en deliciosos delirios
donde pasión y lujuria determinan la vida.
Atibias mi pecho con tu tierno calor,
sigues allí, atrapada en el tiempo,
tan fresca como cuando partiste,
amándome todavía,
colmada de vida para compartir...


Daniel Joya

miércoles, 25 de marzo de 2009

Ojos Negros

Me obsesiona quemarme en tus pupilas
¡ese par de perla insuperables en preciosura!,
sumergidas en lo oscuro de su propia constelación,
en muestra de lo negro desvestido
como más que luto y tinieblas
y la evidencia viva de que lo bello.
lo interesante, valioso o cristalino;
lo digno de amar,
puede pintarse distinto al blanco.

Me magnetiza tu misticismo
cuando nuestras vistas se encuentran,
y sugieren en nuestro lenguaje,
entre mil astillas de ideas,
la existencia de un lugar y un instante
para que nuestros impulsos se liberen
y den lugar al esperado primer beso.

Es exquisito, deleitable al gusto
sentir una y repetidas veces
las gotas de sudor desprendidas de mi frente,
cual perlas de lluvia cuesta abajo,
limpiando la palidez de mi nerviosismo
ante tu presencia salida de ensueño.

Disfruto de hundirme sin freno ni vacilaciones
en el opaco fuego de tu forma de mirar,
vagando perdido tras los secretos de tu embrujo
encarnado en ¡ese par de soles sombríos!.

Más que verme en ti me deshago en el deseo
de hacer de mi silueta un corazón
que se plegue a lo recóndito de tu par de cristales,
tan pegajosamente diseñados
que las palabras no cobijan en sus descripciones...
luego, volver a la superficie,
a tu atención clavada en mis débiles ojos,
rendidos por la tentación, respirando en otra longitud,
en esos sublimes momentos
Cuando todo suena a melodía.

La sólida tonalidad de tus ojos
me enseña que la noche es ternura,
que las palabras emergiendo de tu boca esparcen rima,
que el amor no tiene color especifico,
pues la magia no requiere de luz,
que dependo de ti
cuando me dejas esperando en la paciencia
el siguiente movimiento de tus labios
pronunciando los susurros de tus gestos y actitudes,
En una frase simple, bajo tus ojos negros:
“Yo también te amo”.


Daniel Joya

viernes, 20 de marzo de 2009

Dame de beber

Dame de beber
Que la sed por tu fresco rostro
Reseca en su lejanía mis emociones
Acarreando ansias de volar hacia ti,
Malestar por no tenerte,
Y el desespero por correr a tus brazos…

Dame de beber, agua;
Elixir que purifica mis funciones,
Agüita para atestar ni necesidad,
Agitar mis fusiones sorbo a sorbo
Y re-figurar tu sonrisa en mi presente.

Dame de beber
De la transparencia de tu espíritu
Arrebatada de mis recintos
Y ahora anhelo encontrarte,
En aquellos los amaneceres
Que clausuraban nuestras jornadas
Intensas de desenfreno y ternura.

Dame de beber
De tu presencia sisada de mi lecho,
Restituye la silueta que deambulaste
De mis ser y apetencias
Mujer que de amante voluptuosa
Te volviste agua, miel, néctar, pasión,
Y paz transitando entre mis venas;
Necesidad inmediata; rocío de ternura!.

Daniel Joya 12/2006

viernes, 27 de febrero de 2009

TE EXTRAÑO

Aun no me voy y ya te extraño;
extraño tu sonrisa cargada de picardía,
deseos lujuriosos y suplicas por empalagarme en tus mieles;
Esas mieles desaboridas en contenido,
Que con su olor a hierba mojada
me sotierran de furia libidinosa;
Pécora y tierna, salvaje y cariñosa,
calculadora y vulnerable,
desenfrenada en apetitos carnales,
así te acepto;

Como mi amiga, mi confidente,
la relación cuestionable,

pecado o inmoralidad,
segundo frente o la preferida,

mi mujer.

Te extraño como el niño a los mimos de su madre,
Te extraño igual que las arenas a la fuerza del río,
Te extraño cual la raíz al árbol que le sostiene,
Te extraño igual que la cosecha a las flores que la devuelven,
Te extraño como el nido al pájaro que le brinda vida,
Extraño tu silueta abarcable entre mi cuerpo
En esas noches consumidas pieza a pieza
entre nuestro sudor y el amor que recreamos;
extraño tu compañía acortando mi soledad,
Extraño tus pechos caídos sobre el pecho mío,
Extraño tus caderas animándome a conocerte,
Extraño la desnudez de tus nalgas entre mis manos.

Te extraño y no me extraño de extrañarte
Después de los continuos desahogos de pasión
Que entre atracción y aventura nos envolvieron
Haciéndonos paso a paso interdependientes,
Conectados el uno al otro,
mas allá del sexo, por amor,
con las cosquillas de tu ronquita voz en madrugada,
En confesiones por las que debiera sentirme celoso
y no abarrotado de excitación;
Por las que no te juzgo, mas me alegro en conocerte,
Y sin renegar de ser después, que sé yo cual numero en tu lista,
me encanto con tu experiencia;
Una mujer de verdad sabiendo lo que busca,
Completa al momento del orgasmo,
hecha y derecha por la vida,
orgullosa con su experiencia
y debilitada por saberse entregar.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Pecora


Me gustas por pécora, abusiva y tierna,
por todas esas veces que me provocas
y fingiendo reservas accedes a nuestros deseos,
desnudos para nosotros, borrachos de lujuria.

Me excita tenerte cerca y hasta pensarte,
con tus gestos espontáneos y pícaros,
bajo esa mirada proponiendo revoltijo,
otra cálida tarde consumida en un motel,
degustando del vino, mis confidencias,
el jazz rompiendo paso en oscuridad mediana,
y nuestros cuerpos hechos deleite,
satisfacción, desenfreno una y otra vez...

Me encantas, por la forma como te vistes,
lo ajustado de la ropa a tu talla,
sobre tacones solidificando tus pantorrillas
y esas intenciones morbosas evidentes,
capturando de reojo mis virilidad.

Me enloqueces, con esos cabellos
despeinados por mis manos,
queriendo estirarlos con violencia,
al calor de esos momentos nuestros,
los labios secos por mis succiones,
los trapos regados sobre el piso,
oliéndote tus aromas más íntimos,
sintiéndome dentro de ti,
contemplando la plenitud de tus formas,
al yacer rendida ante mis movimientos;
niña inocente jugando a experta,
consumidora de mi fertilidad;
fuego y pasión derritiendo mi cuerpo.

Me conmueves todas las veces
cuando debilitada por los deseos de amar
tomas la almohada y cubres tus pechos,
pretendiendo protección ante mis caricias;
mujer con años recorridos, pero poca escuela,
insegura de tomar la iniciativa,
retando mi ser varonil
para luego lucir des protegida,
melancólica, abusada y satisfecha,
fingiendo la inocencia que me re-excita.

Te sudo en cada partícula de mi piel,
te llevo en mis deseos mordaces,
te busco entre ninfas libidinosas,
me desvelas añorando tus contornos,
te sueño, te aspiro, te evoco, te deseo,
planeo el reencuentro, diseño el ritual,
la ocasión de volver a ser tuyo

Daniel Joya (10/2007)

miércoles, 11 de febrero de 2009

ME GUSTAS

Me gustas porque eres tu, llama, vida, esperanza…
Hermosa en tu interior, natural, distinta, especifica,
Y no el reflejo de otra persona.

Me gustas tú, exclusivamente tú
y no las copias o superficialidades.

Me encanta tu compañía llenando mis momentos,
Tanto que te busco en cada célula de mí existir,
si no estas, me afano en retener tu imagen,
Y te extraño cuando te portas indiferente.

Más que femenina, atractiva y sensual,
me pareces frágil, dulce, necesitada de mi,
para volcarme lo mejor de tus emociones.

Tu, mi otro yo, el opuesto que me reclama,
mi contra parte y pieza definitoria,
Tú mi complemento, mi respiración y mis ojos,
el resto de lo que soy y aspiro llegar a ser…

Tú, la conexión de mi sentir,
Por eso te quiero,
por ser parte de mía y yo tuyo.

DJ Septiembre 2007

jueves, 13 de noviembre de 2008

MELANCOLÍA

Esta madrugada recuperé tu frescura, igual que en los amaneceres de verano, despertado por el rayito de luna cayendo en mi lecho, los gritos del gallo cortando el silencio entre la transición al alba y berridos de vacas lecheras camino al corral. ¡Oh madrugadas de mis deleites!, traedoras de aquellas románticas experiencias.

Venias a mi con el pelo sujeto por la chonga extraída del vestido rosado; ese vueludo que cayó bajo tus pies en nuestra vez primera. Estabas dispuesta para lo nuestro, te posaste al lado mío cual rocío matutino, con la toallita verde cubriéndote entre piernas y pechos, recién bañadita, oliendo al nuevo día y el agua del pozo real.

¡Como lograste perfeccionar la técnica de robar a la amanecida sus aromas!; la aurora y tú se fundían en besos, cosquillas y encantos que no muestras en otros contextos; te tornabas extrovertida, ardiente y lujuriosa; pécora para mí. Me incendiabas de excitación y sin reparar en la jornada de trabajo que se avecinaba, llevado por tus provocaciones, hacíamos que el romance cobrara apariencia, en nuestra casita de adobe y tejas, pequeñita y cálida; sin muebles, más permeada de lo que éramos; simples esencias del amor en construcción; dueños del etéreo mundo que nos alojaba.

Fue precisamente, en nuestro hogar inserto en la sencillez de la vida, a la sombra de canciones arrancadas del requinto, donde nacieron nuestros hijos; el espacio donde reímos, sufrimos, nos consolamos y especulamos sobre el futuro. Entre esas mismas paredes lloré tus lágrimas cuando velamos al segundo de nuestros retoños, el colochito y cabezón que estudiaría las ciencias del cálculo para formular veranos menos secos. Juancito, al que mataron las lombrices, sigue siendo la razón para estar acá, armando un mejor porvenir para los que sobrevivieron. En ti está concentrada la mitad de mi ser, Juancito y los restantes cristalizan mis desvelos y perspectivas, y la casita representa nuestro espacio, ¡lastima que todavía pertenezca al terrateniente!.

Durante amanecía eras tu otra vez, descargando bríos afrodisíacos contra mi cuerpo mal alimentado y me recuperaste el morbo hasta elevarme a éxtasis de placeres que endulzaban sin empalagar. Nos desnudamos, retocamos el ritmo con el que se forma la vida, superamos al movimiento, y luego de tantos desahogos, hallé de nuevo la rosadez de tu rostro, me envolví en tus piernas y embriagado de tu atractivo te quise palpar, alimentar mi mirada con tu ansiada silueta, pretendí olerte queriendo encontrar la primavera que portas, más la realidad se impuso y con tremenda bofetada me corrigió de mi falsa percepción. Tú sigues al sur, presa por la negación de una visa y el temor de atravesar un desierto cada vez más incruzable. Cinco criaturas generadas en fila india,
también retienen tus deseos de zarpar hacia este puerto de incertidumbres donde los dólares enajenan.

Hoy me susurro la radio que en la “guerra contra el terrorismo” los nuevos inmigrantes, especialmente los bajitos, de hablar seudocastizo, con rasgos mestizos, que entramos sin ajustar estatus, y por hoy atrincherados en las labores de servicios pasamos a ser perseguibles, deportables, apresables, descalificados de los servicios sociales, objeto de segregación local. Eso aleja la perspectiva de tu cuerpo en mi cama, habiendo de seguir con nuestras imágenes pasadas.

Anoche casi te toco, alargué mis manos al riesgo de desgajar mis coyunturas, como cuando empujo el drywall de cinco octavos para colgarlo en los cielos de apartamentos. Estabas bonita, apetecible, derramando ternura; mas que voluptuosa atractiva; antes que excitante complemento afectivo; no ardorosa, sino apasionada en ser mi complemento. No obstante, al abrir mis ojos descubrí que amor y distancia siguen en conflicto, que continuas allá, luchando por sobrevivir entre los embates del neoliberalismo y las líneas torcidas del Fondo Monetario Internacional. No pude compartirte que el ingles se presenta cuesta arriba; que correlativo al TPS ahora taxes y bills socavan mis bolsillos; que se aferran a mi memoria retratos de todos y cada rincón de nuestro hogar, al cual extraño. Sigues allí, y yo acá cuestionando si la democracia occidental en verdad garantiza la unidad familiar.

Han pasado dos años y los recuerdos parecieran haber compartido la travesía conmigo, acompañándome en la búsqueda de las remesas que mensualmente debo asegurar. Ahora me gustas muchísimo más que cuando esperaba a que fueras al río, el molino o la tienda. Quizás comience amarte de veras, a valorar cuanto me significas y trabajar duro para acercar el momento cuando un insípido sitio como el aeropuerto abra el telón de nuestro reencuentro, el segundo intento de estar juntos hasta que la muerte o expoliación nos separen.

Estoy listo para salir recibir ese día, cuando saboreando nuestras pasiones, en unidad no solo de cuerpos sino también de propósitos, de razones para encontrarle sentido a la existencia, vuelva a degustar tu desnudez y me sujete a tu plenitud femenina, amándote más allá del placer carnal.

Espero no me deporten antes de concretizar nuestros planes...

(Daniel Joya)

martes, 4 de noviembre de 2008

HOY ME NACIO POESIA

Hoy me nació poesía,
Parí una, otra y más rimas para ti,
Mujer mía, pero durmiendo en brazos de otro;
Señora de… mis desvelos.

Hoy me desboqué en selvas de versos
Que movidos por la pasión me llevaban hacia ti,
Al borde de tu cama,
Como todas las veces que le fallas.

Inspirado te busque en cada silaba
De todas las palabras con que estructure tu silueta
Al descubrir tu piel te mire de cerca; a los ojos,
Que por cierto encontré radiantes, llenos y vivaces,
Mirándome con ternura sensual,
Proponiéndome en silencio un momento nuestro.

Allí estabas, fresca y tersa, accesible y dispuesta,
Atrapada por mis versos; mía, solo mía,
Olí tus aromas a mujer enamorada,
Excitada por mi presencia, llena tu mente de picardías,
Sugiriendo con malicia la invitación a tu lecho.

Hoy me nació poesía,
Los sonetos se reproducían prolijos,
Multiplicados por mis deseos de romper el esquema,
Volverme creativo y ensayar nuevas posturas,
Penetrando en tu sentir;
En sitios por el desconocidos.

Volví a estar contigo en el camastro de mis memorias,
Toqué tu piel, besé bajo tu cuello,
Y sentí tus manos acariciando mis áreas viriles,
Aferrada, haciendo donde mas me provocas.

Hoy me nació poesía,
Me volqué sobre ti haciéndote cargar mi desnudez,
Mordí tus glúteos, bese en medio de sus bordes,
Abarque tus pechos con mis labios,
Chupe la simpleza dulce de tus pezones,
Lamí de abajo hacia arriba y de afuera hasta adentro,
Luego poseí tu desnudez,
Para después reposarla sobre mi piel eriza.

Hoy me nació poesía,
Saboree tus mieles de mujer apetecible;
Esas que segregas bajo mis estímulos libidinosos,
Pasando luego a jugar con tus piernas,
Descansarlas sobre mis hombros, en pose de soldado,
Acaricie tus nalgas y penetre en tu mundo íntimo;
El que hacía mucho no compartías con semejante pasión.

Y amanecimos otra vez,
O quizás por primera vez, desarreglados,
Con la reguera de trapos sobre el suelo,
Oliendo a la lujuria recién transcurrida,
Exhaustos más con deseos de continuar...


Daniel Joya (11/2008)